El berberecho común, Cerastoderma edule, es un molusco bivalvo de la familia de los cárdidos.
Con un tamaño de 3 a 4 centímetros de longitud, su superficie externa es una concha semicircular, con valvas semiesféricas y abombadas y varias líneas concéntricas que le confieren un aspecto en forma de tejado.
Su color externo se compone de tonos marrones (aunque varía dependiendo de su procedencia) y el interior es blanco manchado en marrón.
Vive en la arena o en la desembocadura de los ríos, arenales y bahías, desplazándose y enterrándose por impulsos rápidos y nerviosos.
Sus áreas de distribución son el Atlántico, el Mediterráneo, el Mar Negro, el Caspio y la costa noroeste de África.
Se alimentan de organismos vivos.
Antes de cocinarlos es importante dejarlos en agua fría con sal dos horas antes para que pierdan la arena y, posteriormente, escurrirlos y pasarlos por el grifo de agua fría para terminar de limpiarlos.
La mejor forma de degustarlos es al natural, y su elaboración es muy sencilla: debes poner a calentar una cazuela con muy poca agua (un vaso, aproximadamente) con laurel, y dejarla hervir.
La tapas y vas observando: cuando los berberechos se abren ya están listos, hay que ir sacándolos puesto que no todos abren al mismo tiempo.
Una vez puestos en el plato, únicamente rociarlos con un chorro de limón.
Los berberechos destacan, sobretodo, por su escaso aporte de grasas y calorías (1 gramo de cada 100) lo que lo convierte en un alimento adecuado en dietas de adelgazamiento.
Además aportan una gran cantidad de proteínas de alto valor biológico, por lo que contienen todos los aminoácidos esenciales y son fácilmente digeribles, ayudando a prevenir estados carenciales cuando se siguen ciertos tipos de dieta.
Respecto a su contenido en minerales destaca la presencia de hierro, por lo que son interesantes a la hora de prevenir anemias.
Otros minerales destacados que contiene son el yodo, el selenio, proteínas, agua, magnesio y calcio.
Además, la cantidad de colesterol que contiene es baja, en comparación con otros mariscos.
También aporta vitamina B12, esencial para el sistema nervioso y cuya carencia provoca anemia perniciosa.